Dimitri Medvedev, el delfín del presidente saliente ruso Vladimir Putin, se impuso por amplio margen a sus rivales en las elecciones presidenciales del domingo en Rusia.
Con el 90 por ciento de los votos escrutados, Medvedev obtuvo el 70 del sufragio, informó la Comisión Electoral Central.
La victoria de Medvedev significa que Putin se ocupará de la jefatura del gobierno como primer ministro, lo que da lugar a una situación inédita que despierta interrogantes.
El presidente ruso "determina la política exterior en virtud de la Constitución'', recalcó Dimitri Medvedev en su primera conferencia de prensa después de los comicios.
Las competencias del presidente y el primer ministro se basan en "la Constitución y la legislación existente y nadie propone cambiarlas'', insistió.
"Felicito a Dimitri Medvedev y le deseo éxito'', declaró poco antes Putin junto a Medvedev, juntos en un escenario, en la emblemática Plaza Roja de Moscú, entre las ovaciones de jóvenes reunidos para celebrar la victoria con un concierto de rock.
Mentor y discípulo, que habían almorzado juntos, compartieron el concierto, sonrientes y confiados, al tiempo que la Comisión Electoral confirmaba un triunfo que ya se daba por descontado de antemano.
Medvedev fue el primero en tomar la palabra, asegurando que "juntos podemos continuar el camino iniciado por el presidente Putin''.
Las elecciones fueron "estrictamente conformes a la Constitución'', aseguró además el presidente saliente.
Una opinión no compartida por el candidato comunista Guennadi Ziuganov, que alcanzó la segunda posición, con un 17.9 por ciento, y declaró que recurrirá a la justicia para denunciar presuntos casos de fraude electoral.
"Tenemos pruebas de falsificaciones y acudiremos a los tribunales'', aseguró.
El ultranacionalista Vladimir Jirinovski logró el 9.5 por ciento de votos y Andrei Bogdanov, oscuro candidato favorable a la entrada de Rusia en la Unión Europea un 1.2 por ciento.
Unos 109 millones de electores fueron llamados a elegir al tercer presidente de la Rusia postsoviética, después de Boris Yeltsin (1991-1999) y Vladimir Putin (2000-2008).
Fuente: El Nuevo Herald
La victoria de Medvedev significa que Putin se ocupará de la jefatura del gobierno como primer ministro, lo que da lugar a una situación inédita que despierta interrogantes.
El presidente ruso "determina la política exterior en virtud de la Constitución'', recalcó Dimitri Medvedev en su primera conferencia de prensa después de los comicios.
Las competencias del presidente y el primer ministro se basan en "la Constitución y la legislación existente y nadie propone cambiarlas'', insistió.
"Felicito a Dimitri Medvedev y le deseo éxito'', declaró poco antes Putin junto a Medvedev, juntos en un escenario, en la emblemática Plaza Roja de Moscú, entre las ovaciones de jóvenes reunidos para celebrar la victoria con un concierto de rock.
Mentor y discípulo, que habían almorzado juntos, compartieron el concierto, sonrientes y confiados, al tiempo que la Comisión Electoral confirmaba un triunfo que ya se daba por descontado de antemano.
Medvedev fue el primero en tomar la palabra, asegurando que "juntos podemos continuar el camino iniciado por el presidente Putin''.
Las elecciones fueron "estrictamente conformes a la Constitución'', aseguró además el presidente saliente.
Una opinión no compartida por el candidato comunista Guennadi Ziuganov, que alcanzó la segunda posición, con un 17.9 por ciento, y declaró que recurrirá a la justicia para denunciar presuntos casos de fraude electoral.
"Tenemos pruebas de falsificaciones y acudiremos a los tribunales'', aseguró.
El ultranacionalista Vladimir Jirinovski logró el 9.5 por ciento de votos y Andrei Bogdanov, oscuro candidato favorable a la entrada de Rusia en la Unión Europea un 1.2 por ciento.
Unos 109 millones de electores fueron llamados a elegir al tercer presidente de la Rusia postsoviética, después de Boris Yeltsin (1991-1999) y Vladimir Putin (2000-2008).
Fuente: El Nuevo Herald
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