12 octubre 2007

Discurso de Natalia Popova:


Palabras de cierre durante la Primer Velada Cultural dedicada a A. S. Pushkin:

Estimado Igor Serguieevich (Embajador de la Federación de Rusia en Nicaragua), estimados representantes de la Embajada, poetas y artistas, queridas compatriotas, amigas y amigos nicaragüenses, amigas y amigos todos:

Permítanme hoy día presentarles la naciente asociación cuyo propósito es la promoción del idioma y cultura rusa en Nicaragua. La idea de organizar un grupo de personas interesadas en el idioma y cultura rusa no es nueva, pero la comprensión colectiva de esta necesidad hasta ahora está tomando formas concretas.

Hoy celebramos nuestra primera actividad y quiero agradecer profundamente al Dr. Alejandro Serrano, a Elena Rounova, a Tatiana Vander, a Mónica Rodríguez, por el desarrollo del programa principal del evento, igual a todos los que hicieron posible este acto: Andrey Dvoynos, por los medios audiovisuales, Lyudmila Kojernivoca por el detalle tan simpático que representa la amistad entre nuestros países, a Carlos, a Irina Pérez Zeledón, a Larissa Korsak, Miguel Shion, Valia Silich y a los miembros de la primera Junta Directiva de la asociación.

La identidad colectiva que estamos buscando se funda en la magna y poderosa lengua rusa. Esta identidad trasciende las fronteras, culturas y razas, y muchos otros aspectos político-económicos en general. Todos vivimos en Nicaragua, todos aprendimos a pensar en función de este país y desde el punto de vista de los nicaragüenses, somos nicaragüenses por convicción.

Para muchos de nosotros, la relación con Nicaragua y con América Latina no comenzó con nuestra llegada a Nicaragua. Un profundo interés hacia América Latina se manifiesta en Rusia desde la fundación del Instituto de América Latina, Revista “América Latina”, radio Moscú para América Latina, Editorial “Progreso” que todos conocemos, traducción masiva del ruso al español de nuestra literatura y otras tantas cosas más.

Al llegar a León en 1972, me encontré en la biblioteca de la familia de mi esposo con los clásicos rusos en español Turgueniev, Dostoyevskiy… el famoso Doctor Zhivago. Durante muchos años, mi papá Yuri Popov, ingeniero de profesión, estudioso de Pushkin y coleccionista de imágenes gráficas relacionadas con la vida y obra de este gran escritor, sostuvo intercambios interesantes con mi suegro, don José Jirón Terán, reconocido estudioso y bibliógrafo de Rubén Darío a mas de 15 mil kilómetros de distancia entre ellos, la cultura une aún a través de las distancias.

Al organizar la asociación pretendemos participar más activamente en la vida social del país y tener mayor acercamiento entre nosotros mismos, entre los ruso-hablantes, con el afán de conservar nuestras raíces culturales mas íntimas, buscando un enlace exitoso con la realidad cultural nicaragüense. Visualizamos una nueva comunidad cultural basada en una diversidad visible, pero una diversidad que sirve de fundamento para la convivencia social, orientada al bienestar de todas y todos; como diría el Dr. Serrano, crear la unidad desde la diversidad.

Y la presencia en este evento de nicaragüenses, ucranianos, bielorrusos, cubanos, peruanos, tadzikos, moldovanos, mexicanos y rusos demuestra que estamos en un buen camino.

Tenemos muchos planes, más bien sueños: feria, concierto de talentos nicaragüenses, escuela de ruso para los más pequeños, escuela de ruso para todos, un centro de ciencia y cultura, reuniones de mujeres para compartir experiencias e impresiones, club de jóvenes, coro, y otras cosas más que, al igual que esta primer velada, juntos podemos alcanzar.

Justamente queremos terminar esta intervención con una canción colectiva.

Muchas gracias.

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